ZACATEPEC. Con una mano atrás y otra adelante viajaron los jugadores del Selva Cañera de la segunda división nacional de la categoría de nuevos talentos, apenas con la comida del día y algo para el camino, y nada más, a un viaje larguísimo y para un duelo de vital trascendencia para su causa, lo que pone en evidencia que los directivos no tienen la capacidad como para tener esta responsabilidad y sacarla adelante, por lo que se está viviendo la peor historia de la escuadra desde que se regresó a la divisional, lo que se hizo sin bases sólidas, sin recursos suficientes para responder ante los retos.

Ya se reportó que los jugadores llegaron a Chetumal, en donde enfrentarán a los Tigrillos, a las 19 horas, y antes de la salida, en lugar de brindarles la seguridad de la comida, se habló del compromiso de conquistar los tres puntos, pero sólo les dieron la comida del jueves y algo más para la noche del mismo día, y se acepta, en redes sociales, “los alimentos de mañana (ayer, viernes), el sábado y domingo son inciertos, porque no llevan recursos para el viaje”, pero los directivos los mandaron, con lo que se pudiera establecer que lo más importante para ellos es conservar la franquicia y que no les multen, que la seguridad de los equiperos, jóvenes a los que se les debe agradecer que estén en la cancha y si pierden, no será su culpa, porque los responsables del equipo supieron desde un principio de la temporada que se tendría este viaje y que iba a ser definitivo para sus aspiraciones, y ni siquiera se les dotó a los jóvenes de la comida.

El cuadro de la Selva Cañera, en el cotejo del domingo se igualó a uno frente a los Lobos Prepa, cuando que se iba ganando y en el 90 se tuvo un penal que Escobedo falló y el entrenador no supo trabajar con sus jóvenes para eliminar el mal momento moral por el error y se sabía que el rival se lanzaría al ataque, las dos cosas sucedieron y Mario Hernández no supo leerlo y cuando se dio cuenta, la escuadra ya tenía la igualada adentro, el 1-1, con lo que se obliga a derrotar a los Tigres del Chetumal y de visita, y se va en condiciones terribles, sin darles siquiera para la comida, y al dueño del autobús se dan los viáticos y la promesa de que después se dará el resto, pero así ha sucedido desde hace un tiempo y las deudas crecen y no se pueden resolver porque no se preveen los acontecimientos, sino que se dejan llegar, aunque se asegura que los directivos hacen lo que pueden, pero es un hecho que pueden bien poco, y de continuar así, si no es ahora, será otro día cuando se pierda la franquicia o se acumulen tantas multas que se vean en la necesidad de entregar los derechos y a cambio de tortillas duras, y el presidente para la Federación mexicana de Fútbol, específicamente para el circuito de la segunda división, es Rafael Rojas, a quien siguen llamando cada vez que se crece con el adeudo.

Rafael ya no es el responsable de la escuadra, solicitó permiso, se retiró, son otros los directivos, y no son pocos los que piden que retorne, porque con él no se tenían tantos problemas como ahora, aunque también se pide a Max López que se vuelva a hacer presente, por lo menos se tenía un trato más amable, menos dificultades, y se piensa que de continuar como hasta ahora, habrá dificultades amayores a medida que pase el tiempo.

El conjunto de los Tigres de Chetumal se encuentra con 18 unidades, las mismas que tiene el conjunto verdes, con lo que el duelo se espera de poder a poder, y cabe esperar que se lleven las cosas dentro del terreno deportivo, pero la pasión crece, y el empate, sin ser lo mejor, por lo menos deja la posibilidad de continuar con esperanzas de llegar a la fiesta en la última jornada, pero desde ahora se sabe que si no se califica a la liguilla por el ascenso, por el título del torneo de apertura, los menos culpables serán los jugadores, dado que ellos son, en realidad, víctimas de las circunstancias, porque ni para la comida les dieron, de acuerdo a lo que se sabe en las redes sociales, a menos que sea una estrategia para que los rivales se confíen, y es que en el mundo del fútbol todo puede suceder, hasta que se respete a los jugadores, y el principio del respeto es que los traten bien y les paguen lo que corresponde, y, por lo que se ve, no es así en el equipo.

Por Ignacio Cortés Morales