PACHUCA, HGO. Los Chimbombos de Cintalapa perdieron 4-2 con el Yautepec, en el Club Hidalguense de esta ciudad, en encuentro de la tercera división, en donde se hizo un trabajo que no se esperaba, porque, aunque el rival no es lo mejor del circuito, los morelenses están para llorar, llenos de fracasos, incluso la goleada de 7-1 con los Vikingos de Chalco, y en casa, y la derrota de 1-0 frente al SEP Puebla, así que se lograron los primeros tres puntos en su haber, en tres participaciones, mientras que los hidalguenses se quedaron sin nada en tres participaciones, dado que tienen un juego pendiente, al igual que los tlahuicas, en este torneo de la tercera que está para llorar.

El conjunto morelense se presentó al estadio en calidad de víctima, se antojaba difícil que se saliera con banderas al aire, porque el rival estaba en su terreno, pero, a la hora de la verdad, se tuvo la fuerza suficiente como para encontrarse con los tres puntos en disputa, con lo que se espera que las cosas mejoren en el resto del campeonato, sin embargo, el siguiente rival, aunque será en casa, el viernes, es el 11 de los Delfines de Acapulco, que, aunque perdió en casa ante los Tecuanes de Tepalcingo, se tiene la fuerza suficiente como para imponerse, es un cuadro peligroso, por lo que más vale que se actúa con gran cuidado porque se puede sufrir un descalabro que vuelva a hundir al rival en la mediocridad y en el desánimo, pero, por otro lado, se tiene la gran ocasión de saber que se está en la ruta correcta, y que se puede empezar a soñar en cosas positivas.

En el encuentro, aunque los Chimbombos, por ser de casa, salieron con la intención de vencer, la escuadra de Yautepec no dejó de pelear, y sí se dieron los clásicos errores en la defensiva, pero adelante se estuvo atinado, hubo fuerza y la capacidad de concretar, por lo que se supo sacar adelante el encuentro, hasta contra los pronósticos, y con estos tres puntos ya se abandona el sótano, y se tiene un encuentro pendiente, para el uno de noviembre, en la fecha dos, cuando se visite el puerto guerrerense para encontrarse con el Texcoco, de tal suerte que si se gana ese pendiente y se da cuenta de los Delfines, ambos de Acapulco, se puede pensar en alcanzar a los puntos o, por lo menos, traerlos en marcaje personal, a la espera de un error y dar el salto a las alturas, sobre todo porque se les va a encontrar en el camino, dentro de algunas jornadas, por lo que han grandes posibilidades de medirse con lo mejor y de salir adelante para llegar a la fiesta definitiva

Por Ignacio Cortés Morales