APIZACO, TLAX.- En territorio tlaxcalteca, la escuadra del Báxter de Gregorio Yáñez Pineda ganó, 2-1 al Deportivo Apizaco, dentro del certamen de la cuarta división, con lo que se llegó a 22 unidades y sin saber lo que es perder en el circuito, lo que habla de un excelente trabajo en los entrenamientos y que se ve reflejado a la hora de los partidos.

Los morelenses se fueron al frente en los cartones en el mismo primer tiempo, con anotación de Rubén Cuadros, y en la segunda mitad se presentó el 2-0 de Alejandro Salgado, y ya para terminar, la escuadra local se apuntó con el tanto del honor, el 2-1, pero de nada sirvió porque los morelenses ya habían logrado un par de anotaciones, con lo que se hicieron de la victoria y con ello se apuntaron el éxito y los tres puntos para seguir en la lucha por las finales y el ascenso a la tercera división, como lo hicieron los Artilleros del Cuautla en el certamen pasado, con todos los honores y se quiere repetir por el lado de los morelenses, para lo cual se está trabajando fuerte todas las semanas.

El conjunto del Báxter regresará a casa para la siguiente jornada, en donde se le harán los honores al conjunto de Puebla, en el estadio de la unidad deportiva Mariano Matamoros de Xochitepec, en donde se debe seguir adelante, puesto que se cuenta con un plantel superior, pero se tiene que dejar constancia de ello a la hora de la verdad, en el cotejo, que es donde vale, con la garantía de que se cuenta con un entrenador eficiente, que está al pendiente de los detalles de los suyos, por lo que se tiene garantía de seguir adelante, aunque, en honor a la verdad, a estas alturas, no se está ganando nada, sólo el pasaporte a las finales, pero falta la fiesta por el título y es lo único que cuenta en los circuitos de ascenso, llegar a la divisional inmediata superior, de lo contrario, en el siguiente evento, a jugar contra los mismos rivales y en los mismos escenarios, porque así de cruel es el fútbol para los conjuntos que están en la cuarta, la tercera, las dos segundas y la liga de ascenso, si no se ascienda, no sirve ningún esfuerzo.

Por Ignacio Cortés Morales