Ciudad de México - Fueron solamente cinco torneos los que Chivas le “regaló” a América como el club más ganador del país, porque a partir de esta noche vuelven a estar empatados como los más exitosos de la Liga MX.

El Club Deportivo Guadalajara conquistó este domingo su campeonato número 12 en la era profesional y alcanzó a las Águilas, cuyo último título data del Apertura 2014.

Los rojiblancos fueron el equipo más ganador de México por más de medio siglo y todo comenzó con la gloriosa época del Campeonísimo.

Chava Reyes, Tubo Gómez, Jamaicón Villegas y Bigotón Jasso son algunos de los nombres que hicieron grande al Rebaño, todos ellos dirigidos por Javier de la Torre.

Fueron siete copas en nueve años para el Rebaño, comenzando en la temporada 1956-57, después vendría el tetracampeonato de 1958 a 1962 y un bicampeonato de 1963 a 1965.

El último año de los 60 traería la octava estrella, marcando una diferencia importante con respecto a su más cercano perseguidor en títulos que era León con cuatro.

Chivas era el mandamás del futbol mexicano, pero después de quince años aplastando a sus contrincantes, llegó la sequía.

La década de los 70 se fue en blanco y no fue sino hasta mediados de los 80 que se volvió a saborear las mieles del éxito. Quirarte, Galindo y los hermanos De la Torre lideraron al club a su noveno trofeo en la final contra Cruz Azul de la temporada 1986-87.

Diez años más tarde se logró el décimo campeonato y primero en torneos cortos (Verano 1997) en una final que terminó en “masacre” frente a Toros Neza, con Gustavo Nápoles, Ramón Ramírez y Alberto Coyote como figuras.

Casi otra década transcurrió para volver a abrir la vitrina en Verde Valle y guardar la once, esa vez gracias al Bofo Bautista, Omar Bravo, Oswaldo Sánchez y compañía, que derrotaron al Toluca en el Apertura 2006.

Anoche fueron Alan Pulido, Rodolfo Pizarro, Carlos Salcido y demás quienes escribieron su nombre en la historia de Chivas llevando la 12 a casa luego de imponerse a los favoritos Tigres, de paso recordándole a su odiado enemigo que “el más ganador” también viste de rojo y blanco.

Por Geraldine Chávez