Ciudad de México- El equipo de Nissan Selva Cañera visito este miércoles por la mañana a Ángeles de la Ciudad F.c en la ida de los 32vos de la tercera división profesional y en la Ciudad de México donde el arbitraje y la falta de contundencia le salió caro a los cañeros.

Inicio el juego Nissan Selva Cañera buscando el gol, pero Ángeles de la Ciudad F.c tuvo la primera y la anoto 1-0 lo ganaban al 18’ así se fue el primer tiempo con un arbitraje polémico como casi no le ha tocado a Nissan Selva Cañera en todo el torneo, pareciera que la consigna es que el árbitro este en su contra. Pero con todo eso se fue el primer tiempo 1-0.

En el segundo tiempo al 63’ de pena máxima llego el 2-0, que tenía ya abajo a los cañeros un penal que fue polémico, derivado de jugada polémica donde no se le marca un claro penal a Nissan Selva Cañera que se le cometió a Mauricio Ramírez.

Y el tercero llego al 75’ en un ataque del equipo de Ángeles de la Ciudad F.c 3-0 que tenía en la lona a los cañeros con una losa pesada y lo mejor que podía suceder es que acabara el partido, pero otro penal se marcó al 79’ y un gol más para Ángeles de la Ciudad F.c 4-0 y Nissan Selva Cañera ya tenía una desventaja grande y no hubo para más de nuevo la falta de contundencia y el arbitraje hicieron quedar mal a los cañeros en la ida de 32vos de la Tercera división quedando el marcador Ángeles del Ciudad F.c 4-0 Nissan Selva Cañera.

Para el sábado 28 de Abril será la vuelta de los 32 vos de la Tercera división a las 15:00 horas en el Estadio General Emiliano Zapata, una desventaja grande, Nissan Selva Cañera necesita 4-0 para mandar a penales y 5-0 para avanzar a 16 vos de la tercera división, se antoja una misión imposible, pero los cañeros tendrán que hacer un partido casi perfecto de lo contrario estarán eliminados, tienen la responsabilidad de hacer una hazaña ante su gente en su cancha.

El juego de vuelta podrás seguirlo en las redes de Portal Deportivo detalles del juego y donde conoceremos si se logra o no la hazaña cañera que está difícil, pero no imposible.

Por Enrique Vázquez Malpica