XOCHIMILCO, CIUDAD DE MÉXICO.- Los Alacranes del Puente de Ixtla sumaron su tercer descalabro en igual número de encuentros en el certamen de la cuarta división, por lo que se encuentran en el sótano sin unidades, con dos goles a favor por seis en contra, siendo en esta oportunidad el 2-1 adverso ante el Club Marina, en el estadio de esta localidad, poniéndose al frente al minuto 41, con anotación de Kevin García en el 42 del segundo tiempo, pero en el 44 vino la igualada y en tiempo de compensación el tanto de la derrota, lo que se explica por la situación por la que pasó el conjunto que, debido a que el diputado perredista no entregaba el dinero, se estuvo a un paso de quedar fuera del certamen, pero se espera que de aquí en adelante las cosas cambien.

En el inicio de la batalla, en el Lino Espín Aburto se perdió 2-1 con el Centro de Formación Tuzo, después de que se estuvo al frente en los cartones 1-0, y luego, en el Mariano Matamoros de Xochitepec se dio el 2-0 adverso frente al Báxter, y en esta jornada sabatina se presentó el 2-1 en contra frente al Club Marina, en Xochimilco, por lo que se está en una situación compleja, pero esta semana se vienen buenas cosas, que al fin Julio Espín entregó el dinero para el pago de los registros de los futbolistas, por lo que ya no vendrá la desafiliación ni las derrotas por la vía del defaul, como se tenía la amenaza, pero la presión que se ejerció sobre el legislador dio resultados, y es un triunfo de los jugadores que así defendieron a su equipo ante la irresponsabilidad del ex priísta.

En el encuentro, todo el tiempo se insistió, y aunque el rival tuvo lo suyo, fueron los morelenses los que mejor hicieron las cosas, por lo que se estuvo cerca de salir con banderas al aire, y cuando anotaron a unos minutos del final, se pensó que las cosas cambiarían, que se festejaría el triunfo, pero vinieron los descuidos y con ello se dio el 1-1 primero, y en la compensación el 1-2, para seguir sumando derrotas, y qué bueno que están en la cuarta, si los hubieran inscrito en la tercera, las cosas pudieron estar peor

Por Ignacio Cortés Morales