TENERIFE, ESPAÑA.- Un dolor en el hombro impidió que Patricia Valle Benítez tuviera el entrenamiento fuerte que se tenía pensado para ayer, por lo que sólo nado aeróbico para no perder la condición, sin hacer ningún esfuerzo, lo que fue dado a conocer por la propia atleta, quien se sientió triste y hasta alguna lágrima salió, sin embargo, los doctores le consolaron diciéndole que sólo fue un alto, pero que se va bien en cuanto a la recuperación, y que en Escocia, en Glasgow, se va a hacer un excelente papel en el mundial de la especialidad, y que será del 16 al 19 de este mes.

El doctor Agustín Aguilar, fue quien tomó esa determinación, lo que entristeció a la atleta morelense, pero sabe perfectamente que es por el bien de ella, que se tienen que obedecer las instrucciones, porque recié fue operada y no puede hacer un esfuerzo mayor, sino que tiene que ir poco a poco, que va mejor de lo que se ewsperaba, de lo que se tenía en principio, puesto que se trató de una operación seria, “no me sacaron una muela ni nada que se le parezca, sino que fue fuerte, por lo que tengo que ir poco a poco, y estoy entusiasmada en que las cosas van a salir bien, porque tengo un excelente equipo, responsable y conocedor, que sabe lo que hace y yo tengo que obedecer porque cadas quien tiene su especialidad y su trabajo los abe desarrollar de manera excelente”.

Ayer se tenía en el programa el último día de pruebas fuertes en esta ciudad, en Tenerife, pero desgraciadamente la molenstia que ser tuvo en el hombro lo impidió, no estuvo en condiciones de buscar llegar al minuto y dos segundos o un minuto y dos segundos 90 centésimas, por lo que habrá que esperar a llegar a Escocia para continuar con los entrenamientos y lista para buscar terminar en el minuto un segundo y 90 centésimas, que es lo que se considera como posible para hacerse de uno de los primeros cinco lugares que se tienen listos para el certamen de los Juegos Paralímpicos que se tendrán en Rpio de Janeiro, Brasil, y que será la sexta oportunidad que se está en una justa de esta magnitud, dado que esta aventura inició en 1996, en el milenio anterior, en Atlanta, y va por los sextos, en Río de Janeiro, en donde va por el éxito, lo que es la constante en esta atleta que va siempre en plena superación, que compite para ganar, que se prepara para ello, que no deja de hacer su esfuerzo, que escucha, que está al pendiente de la alimentación, de cualquier reacción del cuerpo, y siempre pensando en alcanzar los mejores tiempos, las mejores pruebas, lo que le hace única en su género.

No cualquiera está en tantos Juegos Paralímpicos, y no cualquiera lo hace para triunfar en todas las actividades que se presentan en su vida, y ahora representa los colores de Querétaro, porque allá le están dando el respaldo, desdpués de que en Morelos no lo encontró, pero no se olvida de su tierra, lo que sí sucede con las autoridades del deporte en Morelos, en donde no le buscan, no le llaman, no saben cómo está, cuáles son sus necesidades, porque es una morelense de nacimiento, aquí se inició, aquí se dio a conocer, pero no hay respaldo, vam,os, ni siquiera una línea, una palabra, las noticias del Instituto Eststal del Deporte van a todo, pero nunca se menciona el nombre de Patricia Valle Benítez, una competidora inigualable, de talla universal, campeona.

Sale con destinmo a Escocia Hoy, a las cuatro de la mañana, tiempo de España, saldrá con destino a Glasgow, Escocia, pasando pro Madrid, y se espera llegar a su destino a las 23 horas, siendo un viaje largo, pesado, pero no quita el ánimo de la nadadora que es una guerrera en su vida de todos los días, y en la alberca se agiganta y siempre va por más, por un mejor tiempo, y ahora anda en el minuto, tres segundos y 59 centésimas para los 50 metros pecho, todavía a más de un minuto de lo que pretende, pero sí por debajo de lo que debería estar nadando, después de la operación, y es que se habla de que ahora estaría, según su entrenador, Fernando Gutiérrez, en un minuto y seis segundos, y se encuentra en un minuto y tres segundos, 51 centésimas; más de dos segundos menos del cálculo.

Por Ignacio Cortés Morales