ZAMORA. Con goles en los últimos minutos, los Arroceros del Cuautla, que jugaron con diez desde el minuto 43, al ser expulsado, Rónald Salvador Sánchez Luna, perdieron 2-0 con Real Zamora y se acabó el sueño, porque se igualó a dos en el global y entró el criterio de desempate de la posición en la tabla, y aunque los dos cuadros terminaron con 26 guarismos, los michoacanos tuvieron más 15 en el goleó por más diez de los sureños. Los goles de Óscar Iván Ramos Reygana al 76 y al 87 de Gustavo Rodríguez González, con arbitraje de Alan Enrique Martínez Vega con cuatro amarillas para los cuautlenses y una roja, y para la visita fue una amonestación, cuando todavía se tenía el empate sin anotaciones que daba el pasaporte a los morelenses, pero todo acabó.

En el juego de ida los morelenses salieron con el triunfo al son de 2-0, y en el juego de vuelta, los cuautlenses resistieron, lo mismo cuando tenían los 11 que cuando fue expulsado uno de ellos para quedar con diez a dos minutos del final de la primera parte, con lo que se tendría que remar contra la corriente, porque si se tenían dos goles de diferencia, se estaba con uno menos, pero con el espíritu a tope, porque ya habían pasado 45 minutos y sólo queda otro tanto y dos tantos de distancia y jugando aceptable

En la segunda parte, se siguió igua,l, buena marca, y al 54 el segundo cambio, Mario Alberto Palma Morales entró en el lugar de Marco Federico de la Torre González, y es que el primero se dio al 42, cuando Jair Libera Sandoval ingresó por Víctor Hugo Ochoa Perales, con la intención de ajustar las líneas para el final de la participación.

Los morelenses aguantaron, pero al 76 el 1-0, el 2-1 en el acumulado, y a tres del final vino el segundo tanto, el 2-0 para el 2-2 en el global, ante la algarabía de los aficionados y los cuautlenses no cayaron, todavía H´ctor Vidal mandó al terreno a Alexis Gabriel Moreno Salazar por Mario Alberto que había ingresado al 76, pero, aunque se intentó, no se pudo, el conjunto Arrocero del Cuautla, nuevamente se quedó en las semifinales.

Por Ignacio Cortés Morales