CUAUTLA. El viernes, a las diez horas, los Arroceros del Cuautla estarán sentados sobre un barril de pólvora, dado que visitarán a los Lobos Prepa, en la cancha de Ciudad Universitaria de esta ciudad, en encuentro de balompié de la segunda división nacional de la categoría de los nuevos talentos, sin embargo, para los cuautlenses no hay otra que salir con banderas al aire y con diferencia de dos anotaciones si se quiere llegar a las finales del torneo de clausura, puesto que se han dejado suficientes puntos en el sendero y no se pueden dar el lujo de seguir por esa ruta de mediocridad que les persigue, porque el plantel de debilitó para este certamen, en lugar de reforzarse, por la novatez e incapacidad de los nuevos directivos que llegaron con la administración municipal, contando con Tadeo Nava, como alcalde, desde el uno de enero de este año.

El conjunto morelense se encuentra en el lugar 12 del grupo dos de la segunda de los nuevos talentos, con siete participaciones en su haber, de las cuales se tiene un triunfo, tres empates y tres descalabros, con cinco goles a favor por cinco en contra, para que no haya diferencia en este departamento, para seis unidades, y no queda otra que salir a ganar los cotejos que restan, en caso de que se quiera llegar a las finales del circuito, lo que no serás sencillo, tomando en cuenta que su calidad es pobre, que no hay mayor eficacia en sus filas, que la delantera hace pocos goles, de hecho dos en seis duelos, porque tres de los cinco fueron en un solo juego, en el 3-0 que se le aplicó a los Toros del Atlético Celaya, en el estadio de la unidad deportiva de la Heroica, en su único éxito

De su lado, la escuadra de Lobos Prepa está en el segundo lugar de la clasificación del mismo grupo dos, con los ocho cotejos en su haber, de los cuales se tienen cinco triunfos, no hay emparejes y tres descalabros, con 14 goles a favor por diez en contra, para una diferencia positiva de cuatro en este terreno, para 16 unidades, y en casa se tienen dos de las tres derrotas de la escuadra, 3-1 con los Toros del Atlético Celaya y 2-0 con el Spórting Canamy, y la otra en su visita a los Tigrillos de Chetumal; además, en casa se tienen triunfos de 2-1 al Satélites y 5-1 a Gladiadores, y fuera son tres éxitos, el 1-0 a las Garzas de Universidad Autónoma de Hidalgo, 3-2 a los Zorros de Universidad Autónoma de Michoacán y 2-0 al Deportivo Nuevo Chimalhuacán, por lo que se puede considerar que su mayor poder se tiene cuando está fuera de su territorio, y ante los cuautlenses le corresponderá estar en su territorio, por lo que se puede ganar por el bando de los morelenses, siempre y cuando se apliquen , como lo hicieron ante los Toros, cuando se llegó a pensar que se resurgiría, pero resulta que pronto se volvió a las andadas y ahí se mantiene, y no se avisora nada positivo para el conjunto tlahuica que está en una etapa de renovación, aunque sin muchas posibilidades de que en el futuro cercano las cosas sean distintas, porque no se tiene a nadie con la capacidad de ser un talento dentro de la directiva, por lo que hasta se debe tener cuidado porque por ahí se anda perdiendo la categoría, después de que en la administración de Jesús Otero, hasta se llegó a un par de semifinales, la última en el pasado certamen de apertura, pero para la clausura se dio un giro lamentable y ahí se tienen las dificultades, que el plantel no va a funcionar, no tiene la fuerza ni el talento para estar en las alturas del circuito citado,

El Escuadrón de los Arroceros se va a jugar su última carta para la jornada del viernes, y si se fracasa, no será necesario preocuparse en lo que resta del evento, porque lo único que se ocasionará será corajes innecesarios, porque no se va a calificar a la fiesta, pero enfrente tiene a un rival que cuenta con elementos eficientes, aunque llegan a cometer errores, quizá por el exceso de confianza, y en casa se tienen dos descalabros, y es por ahí por donde se pueden colar los tlahuicas, aunque no se ve que estén en condiciones ni para dar la sorpresa, son grises en todos los costados, aunque en alguna ocasión se puede dar la campanada, cuando menos se espera, cuando se sabe que se está al borde del colapso, cuando parece que nada es posible, y se da, pero ahora sería más que suerte.

Por Ignacio Cortés Morales