PUENTE DE IXTLA, MOR. Los Alacranes del Puente de Ixtla vencieron 2-1 al Texcoco, en el estadio Lino Espín Aburto de esta localidad, en encuentro amistoso de balompié, entre cuadros de la tercera división, con un primer tiempo de 2-0 para los dueños del terreno, con anotaciones de Ulises Axomulco y de Óscar Jesús Martínez, para que en la segunda parte se diera el tanto de los visitantes, con los cuales se igualó a dos en el cotejo de ida, el sábado pasado, en una de las unidades deportivas de Acapulco El cuadro ixtleco tuvo un excelente desempeño en el primer tiempo, motivado porque estuvo presente el responsable de la cuestión financiera, Julio Espín Navarrete, por lo que supo ir al frente y dejar contento al diputado, quien estuvo acompañado por varios de sus colegas, quienes también fueron precisos en señalar que se cuenta con una gran escuadra, por lo que se apunta hacia la calificación en el certamen de la tercera división nacional, la cual arrancará, para el grupo seis, en el fin de semana venidero y se espera que el debut sea con un triunfo, porque se sabe que se tienen cualidades grandes para imponer condiciones, aunque no se debe olvidar que los juegos amistosos son unos y los encuentros de carácter oficial son otros, y se necesita mucha vitamina para salir adelante Torneo de Puente de Ixtla En cuanto al torneo de Puente de Ixtla, hoy, a las 12 horas, en la cancha de Cuauhtémoc, se enfrentará a la escuadra de San Mateo, a la que se le derrotó 4-3 en la primera vuelta, el domingo pasado, por lo que, hasta perdiendo con un gol de diferencia se calificará a la siguiente ronda, y es que si se tiene empatado el marcador global, lo que contará será la posición en la tabla, y los Alacranes fueron los mejores dentro del circuito, por lo que tienen la ventaja, además de que en esta oportunidad no hay tanto cansancio, dado que el partido de corta amistoso se sostuvo en casa, cuando que la semana pasada fue en calidad de visitante, y el mismo día se viajó, se empató a dos goles con el Texcoco y se regresó, por lo que los chamacos llegaron cansados, pero ahora están casi enteritos.

Por Ignacio Cortés Morales