CUERNAVACA. El boxeador morelense, Brian González, partirá hoy con destino a Buenos Aires, Argentina, en donde va por el pasaporte a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, Brasil, en la especialidad del boxeo de aficionados, lugar que conquistó gracias al triunfo sobre Lindolfo Delgado de Nuevo León, con todos los honores, con todo y que el combate fue cerrado y la balanza no se inclinó para el morelense, más que hasta el final, porque la victoria se iba para un lado y para el otro, pero el sureño fue más preciso en la pegada, por lo que terminó por imponer condiciones y ganó el pasaporte para el preolímpico que será en territorio pampero, en donde se tendrán dos pasaportes para la justa veraniega, de tal suerte que con llegar a la final se tendrá el boleto en la contienda más importante del deporte en el universo.

El tlahuica va bien preparado, sin embargo, no se puede negar que en esta clase de eventos cuenta mucho la apreciación de los jueces y hasta la suerte, para que le vayan dejando un rol de peleas de menos a más en el grado de dificultad, aunque para estar en el preolímpico se tuvo que hacer una excelente labor en su país, por lo que van los que fueron más destacados, y no existe ninguno que vaya de paseo, sino que se enfrente esta contienda con los argumentos que mejor se tengan en las alforjas, los que se dieron a lo largo de la preparación de los jóvenes, y no sólo en este ciclo olímpico, sino que hay algunos que están con más experiencia, perfectamente curtidos y listos para dar el salto a las grandes ligas, o para regresar a ellas, por lo que Brian tendrá que estar al 100 por ciento de sus facultades, de lo contrario, no tendrá gran oportunidad para responder ante las exigencias que se tendrán en Buenos Aires, donde estará la crema y nada del boxeo.

Al parecer, no estarán los cubanos en esta competencia, lo que es una buena noticia, y es que ya se tiene la papeleta para los Juegos Olímpicos, pero, de cualquier manera la justa será de poder a poder, con argumentos sólidos, y en donde sólo los grandes serán los que sobrevivan y lleguen a Río de Janeiro, para la contienda del verano de este año.

El joven boxeador morelense, Brian González, se encuentra en la divisional de los 60 kilos, y ahí va a batallar por ser uno de los dos más destacados de la contienda.

y para ello se requiere de una alta dosis de capacidad sobre el cuadrilátero, tanto en los físico como en lo mental, dado que ahí no se puede dejar amedrentar por sus contrincantes, sino que se tiene que salir de la esquina, en cada uno de los episodios, listo para ir por el éxito, con disposición y talento, con eficacia al frente, certero con los puños y hábil en la defensiva, con la finalidad de salvarse de las largadas de sus oponentes, en lo que es el verdadero arte en este deporte, el saber atacar y defenderse con talento, con respeto al rival, pero también a sus cualidades, con humildad, con eficiencia, y, en ocasiones, ni eso es suficiente para dejar constancia de su superioridad, porque algún golpe fortuito del rival y todo se puede acabar; aquí no hay de que lo que no resuelva hoy, lo atiendo para mañana, aquí todo es al instante y lo que no se haga ahora, no se logará nunca.

Brian González tiene un gran ejemplo en casa, si señor padre, Narciso González Rossano, quien fue campeón del mundo y estuvo en los Juegos Olímpicos, en 1992, en Barcelona, España, y ahora su hijo está a un paso de lograrlo, pero aquí se ve más difícil que se pueda estar en la contienda olímpica, dado que se han tenido que sortear los obstáculos más complejos, tanto que no pudo estar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en Veracruz, porque perdió en un pleito, y ahí se decidió todo, y se necesitó de la victoria en el nacional de boxeo para que se le diera la oportunidad en un combate extraordinario ante Lindolfo, y se impuso, por lo que ahora estará en Argentina, hoy partirá a Buenos Aires, hoy va hacia aquella ciudad y va por el boleto, lo que no será fácil, pero el chamaco sabe que no hay de otra, que está ante la última oportunidad de su vida, que no hay otra, que se tiene que salir a dar lo mejor de sí, a luchar, a entregarse, a dejar el alma en cada combate, y para ello se ha preparado a conciencia, como los grandes, con el talento que le viene de herencia, más su aporte personal en este deporte.

Por Ignacio Cortés Morales