Promesa Morelense que puede dar mucho.

Cuernavaca, Morelos - El atleta velocista, Hugo Arce Rivera, por sus grandes cualidades y logros se ha convertido en el último velocista del estado de Morelos, en incorporarse al Centro Nacional de Alto Rendimiento –CNAR- de la Ciudad de México, en donde pasará ahora, a formar parte de la reserva nacional de atletas mexicanos, en pruebas de velocidad.

Hugo Arce Rivera, quien reside en la colonia, Jobito Serrano, del municipio de Yautepec, pasó en un breve tiempo pereo trabajando muy fuerte, a convertirse, de sostén y pilar de su familia, a ser uno de los corredores más veloces del estado de Morelos y a seguir los pasos de otra de las figuras internacionales, como es Luis Antonio Ferreiro el “Flash” de Cuautla.

Su talento sobre el tartán, lo descubrió y lo trabajó el profesor Simón Colín, en la unidad deportiva Atlihuayan donde entrenaba a diario, posteriormente, se trasladó todos los días a la unidad deportiva de Cuautla tratando de mejorar sus tiempos, para llegar, como fue el caso de Ferreiro, en las manos del profesor Carlos Ortega quien es especialista en la velocidad, para convertirse en medallista de las últimas dos Olimpiadas Nacionales, en las pruebas de velocidad de 200 y 400 metros libres, así como medallista del equipo de relevos, juvenil.

Hoy en día, ya concentrado en el CENAR, Arce Rivera, es preparado por los entrenadores de la selección nacional, mexicanos y extranjeros, en donde, además, continúa sus estudios profesionales y su debut como integrante del equipo tricolor, podría darse en los próximos eventos internacionales, tal y como él mismo atleta, lo consideró.

“Esto solo es cuestión de esperar un poco más, estamos reintegrándonos al trabajo en el CENAR, en espera también, de la autorización para la reanudación de eventos y competencias, derivadas de la pandemia mundial, mientras tanto, seguiremos entrenando con la misma ilusión y pasión por llegar lo más lejos posible, ya que solo trabajando fuerte se puede conseguir los triunfos”, afirmó el atleta de Yautepec.

Por Roger Mixcoac