CIUDAD DE MÉXICO.- El Zacatepec-Morelos se coronó al vencer 3-2, en el global, al Pumas Oceanía, en el final del certamen de fútbol de menores de 16 años, en el estadio Azteca, por la vía de los penales, después de que en los dos tiempos de 35 minutos cada uno se dio la igualada a uno, anotando primero los verdes, con gol de Pietro Vincenzo Poleti, en el lapso de arranque, y en el segundo se tuvieron tres grandes oportunidades, se fallaron y los felinos igualaron casi al final, obligando a las penas máximas, en donde se dio el 2-1, con tantos de Alexis Soto y Pietro, y no fue necesario el tercero porque los capitalinos fallaron dos, el primero y el tercero y los tlahuicas tuvieron dos y dos concretaron.

Los morelenses jugaron excelente primer tiempo, en donde trabajaron como los buenos e hicieron un gol, lo que no hizo más que reflejar lo que sucedió en el terreno, y en el segundo periodo se salió igual, se fue al frente en busca de goles, el trabajo fue serio, pero desgraciadamente para su causa no supieron concretar tres grandes ocasiones y el dominio no sirvió de mucho, y ya para terminar, los Pumas Oceanía igualaron a uno, por lo que se obligó al lanzamiento de los penales.

Iniciaron los Pumas y fallaron, u entonces Alexis concretó para el 1-0 para los verdes, y luego los felinos anotaron para igualar a uno; Pietro anotó el 2-1 y en el tercero, los capitalinos erraron y con ello se acabó la historia, 3-2 en el global, 2-1 en los penales, en donde sólo se ejecutaron tres penales por bando.

Sin apoyo oficial ni del Zacatepec

El equipo de Zacatepec no tiene apoyo de ningún tipo; en el cuadro que se hace llamar Zacatepec no les ayudan en nada, y no se diga as autoridades del deporte que seguramente ni enteradas estaban de este encuentro, lo que es cotidiano, pero los jóvenes salieron adelante gracias al aporte de los padres de familia, lo que sucede siempre en Morelos, en donde los triunfos se logran gracias a los esfuerzos personales y familiares, porque la autoridad está ajena al deporte, y en el club también.

Por Ignacio Cortés Morales