CUERNAVACA, MOR.- Esperándose que no sea el parto de los montes, se mantiene, como si fuera secreto de estado, el nombre del nuevo entrenador de la escuadra del Atlético Cuernavaca de la tercera división, cuya directiva ha llevado al fracaso al conjunto en los tres anteriores campeonatos, y ahora se le hace al misterioso sobre quien se hará cargo del conjunto de la división inferior del fútbol mexicano, aunque se dejó de lado la posibilidad de Guardiola, Mourinho, Del bosque o alguien así, lo que mueve a risa y al comentario jocoso, de humor, nada como para tomarse en cuenta mas que igual que una broma llevadera, agradable, pero el nombre del susodicho no aparece jamás.

El año pasado, en el mismo ejercicio de preguntar el nombre del personaje que se haría cargo de los destinos del conjunto del Atlético Cuernavaca, propiedad del perredista, Jorge Arizmendi García, el mismo que acabó con todo indicio de trabajo hecho en la Delegación de Árbitros Profesionales de Morelos, el directivo del conjunto dijo que no se acordaba del nombre, que era un personaje del Distrito Federal, y al final vino el fracaso, además de que en diciembre, al final del encuentro frente a los Alacranes del Puente de Ixtla, el timonel declaró que los jerarcas no ponían atención en el conjunto, y aunque lo aguantaron al frente de la escuadra, apenas terminó el evento, fue separado del cargo, y ahora se trae a otro, el tercero en la historia de este club con la actual directiva, siendo el primero Miguel Ángel Velásquez, quien estuvo en un par de eventos

Se dijo que no se daba a conocer el nombre del entrenador “por respeto a los jugadores”, y que primero se presentará a los jóvenes y después se daría el nombre, aunque será difícil que venga alguien de renombre, tomando en cuenta los pobres sueldos que se pagan en esta escuadra con la actual directiva, que también tiene a su cargo al conjunto del Athlétic Club Morelos de la segunda división nacional de la categoría premier, y en donde los sueldos son igual de lamentables, con el pretexto de que son divisionales de formación, pero los jóvenes también tienen necesidades, y si se les quiere respetar, lo primero que se tiene que hacer es pagarles lo suficiente para que continúen su carrera deportiva y puedan colaborar con sus respectivos hogares y continuar con sus estudios en escuelas de renombre, no de relleno.

Por Ignacio Cortés Morales