CUAUTLA. Los Arroceros del Cuautla necesitan salir con banderas al aire sobre las Garzas de Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, hoy por la tarde, en el estadio de la unidad deportiva Isidro Gil Tapia de esta ciudad, al continuar el campeonato de balompié de la segunda división nacional de la categoría de los nuevos talentos, para asegurar un lugar entre los mejores del circuito en su etapa de apertura.

Es más, el triunfo de los morelenses es obligado, tomando en cuenta que el rival apenas lleva un gol a favor por ocho en contra, en los tres compromisos en los cuales lleva de actividad, y los ha perdido, mientras que los arroceros estarán en su casa, con el conocimiento del terreno que se pisa y con el respaldo de los aficionados, además de que los dos cotejos que se llevan en esta ciudad, se salió con banderas al aire, 2-1 a los Colibríes de Malinalco y 3-2 a los patriotas de Córdoba, y la semana pasada se tuvo descanso oficial, por lo que se jugó ante el cuadro de Tlayacapan de la tercera división y se alcanzó la victoria 3-2, mientras que los hidalguenses vienen de perder 3-0 en Puebla frente a Lobos Prepa, después, en casa, 3-1 con los Tigrillos del Chetumal, y en su visita al Deportivo Nuevo Chimalhuacán, el 2-0 adverso, por lo que se está sin guarismos.

La única derrota de los cuautlenses fue de visita a Zacatepec, en donde se dio el 2-0 adverso frente al Selva Cañera, en un encuentro en el cual las cosas no se dieron, y para el juego de hoy se tienen todas las de ganar, y de no lograrlo, será el indicativo de que no se tienen espolones para gallo, y el resto del torneo se puede dedicar el conjunto a ver pasar los días, pero de salir con banderas al aire, se estará en la zona de calificación y con un buen ánimo, y se va a necesitar, porque, por delante, estará el cotejo frente a los Toros del Atlético Celaya, en territorio guanajuatense, en lo que es considerada una de las aduanas más complejas, pero primero el duelo de hoy, en la unidad deportiva de la heroica, a las 16 horas, sobre las Garzas, en donde no hay permiso ni de igualada.

Por Ignacio Cortés Morales