CUERNAVACA, MOR.- En entrevista con este medio, ahora que se encuentra en la tierra que le vio nacer, la de Zapata, Patricia Valle Benítez, ya con el pasaporte para los Juegos Paralímpicos, con un bronce en el mundial de la especialidad para personas con capacidades diferentes, en la natación, en Glasgow, Escocia, y con tres preseas, oro, plata y bronce en los parapanamericanos que se tuvieron en Toronto, Canadá, en donde impuso cinco marcas de esta clase de actividades, se dijo satisfecha con los logros, y feliz de estar en su lugar de origen, y ayer disfrutó de una reunión familiar, merecida para la guerrera que gana en Europa y en América, que lucha y que sabe salir adelante.

Le dice al reportero, en un momento de descanso: “Mira, haciendo un balance creo que obtuvimos excelente resultado, tomando en consideración las desventajas de la competencia –le tocó enfrentar competidoras con un menor grado de incapacidad, todas en una sola justa, la marfca sí contó para su divisional, pero para alcanzar la medalla se debía terminar entre los primeros tres de la participación-, es decir que esas cinco marcas, de estar en mi categortía, hubieran significado medallas de oro. El caso es que tenemos grandes expectativas para eventos futuros, fortaleciendo mi hombro y fogueando mi participación en Europa, que es donde se encuentran mis contrincantes más fuertes, por lo que hay que enfrentarlas y en su territorio, para medirlas, para saber cómo andan, qué hacen, cómo avanzan, pensando en las justas oficiales y en el triunfo”.

Por lo pronto, se toma unos días, estará de descanso, para disfrutar de la familia, de la tierra, aquí, de donde se tuvo que ir porque los gobiernos estatales no le apoyaron en su momento y ahora ni siquiera se acercan, acaso un encuentro, ocasional y no buscado, y luego el olvido, y pareciera que no existiera, pero en el país y en el extranjero, está en una serie de triunfos, lo hizo en Glasgow y en Toronto, y ahora se tiene por delante el nacional, en septiembre u octubre, sin fechas definidas, pero también sin sede, puesto que podría ser en Mérida, Yucatán, o en Aguascalientes, y también se tiene una justa, y será en Estocolmo, Suecia, del 26 de octubre al uno de noviembre, en donde serán altas las exigencias, por lo que se tiene que llegar a tope en la preparación, lo que no será fácil, pero hay confianza, porque el poder de recuperación de la nadadora tlahuica es de las fuertes, baasta recordar en a menos de dos meses de la operación que tuvo en el hombro, llegó al mundial de Escocia, y de ahí regresó a Méxioco para continuar el trabajo y a vianjar para llegar a Toronto, en donde la competenmcia, salgo en los 50 metros nado de pcho, se tuvo frente a contrincantes con inferior grado de discapacidad, pero se lanzó a la alberca y conquistó tres medallas, oro en los 50 metros pecho, el bronce en los 50 metros libres y la plata en los 150 metros nado individual, y las cinco marcas parapanamericanas, lo que no es nada sencillo de alcanzar, y menos ante rivales de un nivel superior físicamente, pero la morelense nunca se amilanó y compitió y ganó.

La nadadora llegó a Morelos el miérdcoles por la noche, y lo hizo manejando, y ayer se tuvo la reunión familiar, en donde se tuvo a sus seres queridos cerca, quienes se vieron felices por la presencia de una campeona de talle mundial, olímpica y panamericana, y, si las autoridades estatales estuvieran pendientes, sin duda que hubieran estado para recibir a un personaje de esta magnitud, pero no, nadie se enteró, Graco y sus empleados no tienen ni idea de lo que significa tener a una nadadora que rivaliza a las mejores de la especialidad, para ganarles, para quitarles los primeros lugares, y, en algunos casos, siendo de una lesión inferior a la morelense y ésta supo responder, quitarles medallas que ya creían en la bolsa, pero llegó Patricia Valle Benítez para llevarse los honores y con todo el merecimiento, dado que es una guerrera que está bien preparada, porque el entusiasmo y las ganas terminan por ser poco para enfrentar a lo mejor del mundo, por lo que la atleta morelense se prepara, trabaja, está al pendiente y cuando llega la hora de lanzarse a la alberca, deja constancia de su calidad, de su entrega y de que es la mejor.

Por Ignacio Cortés Morales