CUERNAVACA, MOR.- El Atlético Cuernavaca se llevó el triunfo sobre el Club Alpha al son de 4-2, en el estadio Centenario, primer éxito en la cancha, aunque el segundo en su cuenta, porque el primero fue en la mesa, ante el conjunto del Selva Cañera, en el mismo escenario, cuando el cuadro visitante no presentó las credenciales y en la rama de la tercera resolvieron en tiempo récord en favor del cuadro que tiene como uno de sus directivos a vocal del circuito y que sabía que el rival no tenía los registros.

El cuadro del Cuernavaca adelantó hasta 2-0 en el mismo primer tiempo, con anotaciones de Fernando Pedroza, dejando la reacción de los poblanos para el 2-1, pero Írving Suárez dio el 3-1, y al 45, instantes antes de irse al descanso, se dio el 3-2, para que en la parte complementaria cayera el 4-2 de Alejandro Salas, con lo que se llega a seis unidades, con dos triunfos, se insiste, uno en la mesa, por dos descalabros, con un gran trabajo de Juan Manuel Herrera, pese a que a los jugadores no les dan ni un centavo los directivos, pese a contar con recursos para ello, lo que parece normal en la tercera división, en donde se encandila a los chamacos diciéndoles que harán carrera deportiva, y, a la hora de la verdad, nada, y en el caso del Cuernavaca, cuando al entrenador de la segunda, Miguel Ángel Velázquez, se le preguntó sobre el número de jóvenes de la tercera que llegaron a su equipo, se quedó callado, lo que dijo lo que se quería saber, si una sola palabra, pero mientras sigan llegando elementos que no exijan, pues ahí estarán, hasta que ya no cuenten con edad para estar en el circuito y al llano.

Por lo pronto se ganó, y no fue sobre un rival sencillo, al contrario, es de los importantes, y el viernes se visitará a los Tamarinderos del Iguala, a las 19 horas, en un partido que se debe ganar sin dificultades, dado que el rival es de lo más malo del circuito, y ni siquiera en casa tiene la capacidad como para hacerse respetar, por lo que ya se tienen tres guarismos más en las alforjas para el cuadro del acaudalado empresario, Jorge Arizmendi García.

Por Ignacio Cortés Morales