CUERNAVACA. El presidente municipal de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo, pide que le sea devuelto el estadio Centenario al ayuntamiento capitalino, entre otras instalaciones, de acuerdo a boletín oficial de parte de la comuna que preside el ex futbolista desde el uno de enero de este año, sin que se especifique si se trata de toda la unidad o sólo del estadio, lo que se tendrá que ver en los próximos días, para que se den las especificaciones, y si legalmente es posible esta operación que podría darle un giro de 180 grados al deporte de la ciudad de la Eterna Primavera, porque le permitirá tener una instalación a la que se le podrían sacar recursos frescos que reditúen en el deporte.

En este momento, a los equipos profesionales se les cobra menos de seis mil pesos por partido, por lo que podría venir un ajuste para los eventos en los cuales se cobre, y que se entreguen gratuitamente para las actividades estudiantiles y de corte amateur, con lo que se daría un fuerte respaldo a eventos que no sean de lucro, y los que tengan el fin de lucro y escuadrones profesionales, que se le sobre lo que corresponde, en lo que será un principio repartir la riqueza en el ámbito deportivo, lo que se está tardando, pero con el ex astro del fútbol nacional en el poder, se podría empezar con esta nueva relación para bien de los que menos tienen y que, con orden y organización, podrían ocupar un lugar que es del pueblo y que, hasta ahora, para los cuadros profesionales, se les renta a bajo costo, lo que puede cambiar diametralmente, para bien del deporte de los aficionados.

Según el boletín oficial del ayuntamiento capitalino, el alcalde, Cuauhtémoc Blanco Bravo sostuvo que al gobernador, Graco Luis Ramírez Garrido Abreu, el sábado dos de los corrientes, “ también le solicite regresar la infraestructura que tiene en comodato y que le pertenecen a Cuernavaca, como Auditorio Teopanzolco, Estadio Centenario o (consultada una fuente de la comuna capitalina, indicó que en lugar de esta “o” debe ser una “y”) Plaza Emiliano Zapata, por mencionar algunos, porque son propiedad de los ciudadanos y no del gobierno estatal”, lo que es una muestra más de que el ex deportista va no quita el dedo del renglón, porque también pidió los 745 millones de pesos del préstamo de los dos mil 806 millones de pesos que se prestaron al gobierno estatal, y que estaban etiquetados para obras en la capital, o que demuestre dónde están las obras donde se ejecutó ese recurso público, subraya el boletín, cuyo párrafo textual señala:

“El Presidente Municipal de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco, puntualizó que le solicitó regresar a Cuernavaca los más de 745 millones de pesos, etiquetados para Obra Pública dentro del crédito que el Congreso de la LII Legislatura le aprobó por más de 2 mil 800 millones de pesos, o bien, que le demostrará cuáles son las obras donde se ejecutó ese recurso público. “Además de los 745 millones pesos, también le solicite regresar la infraestructura que tiene en comodato y que le pertenecen a Cuernavaca, como Auditorio Teopanzolco, Estadio Centenario o Plaza Emiliano Zapata, por mencionar algunos, porque son propiedad de los ciudadanos y no del gobierno estatal”, comentó el alcalde.”

También le pidió que respete el artículo 115 constitucional que faculta la autonomía municipal, que no intervenga en el cabildo “que está llevando a través de su hijastro, Rodrigo Gayosso, Manuel Martínez Garrigós y Jaime Álvarez Cisneros”, al tiempo que indicó que Cuernavaca cuenta con el apoyo de la policía federal y la Secretaría ede Gobernación, agradeciendo a Gerardo Cubría de Gobernación y al comandante Entrique Francisco Galindo Ceballos, comisionado general de la Policía Federal.

En el remate, Cuauhtémoc Blanco hace responsable al gobernador de lo que pudiera pasarle a él, a su familia, equipo de trabajo y de cada uno de los integrantes de su cabildo, en materia de seguridad, al tiempo de lamentar los hechos sucedidos en Temixco donde fue asesinada la alcaldesa, Gisela Raquel Mota Ocampo, y subraya “los actos de violencia que subre el estado todos los días y se debe poner un hasta aquí”.

Por Ignacio Cortés Morales