CUAUTLA, MOR.- El conjunto de los Arroceros del Cuautla de la segunda división nacional de la categoría de los nuevos talentos jugará el sábado a las 10:30 horas frente al seleccionado nacional de los menores de 17 años, en el Centro de Alto Rendimiento, en la Ciudad de México, aprovechando que no se tendrá partido oficial, después de que en el arranque del torneo de apertura de la segunda división nacional de la categoría de los nuevos talentos, se igualó sin anotaciones con los Coyotes de Tlaxcala, y en el estadio de la unidad deportiva Isidro Gil Tapia de esta localidad, en un cotejo en el que no se tuvo la capacidad para hacer válidas las oportunidades que se tuvieron para concretar y se fue vivo el rival y con una unidad para cada uno de los escuadrones.

El cotejo contra el seleccionado mexicano es importante, porque permitirá al conjunto de los cuautlenses tener actividad, después de que en el evento oficial corresponde descanso, para que la siguiente semana se regrese para enfrentar, también en casa, a los Lobos Prepa, que es uno de los rivales poderosos dentro de este circuito, por lo que se deben llegar de la mejor forma porque los poblanos tienen más fuerza que los tlaxcaltecas, así que se tiene que llegar al punto, con un cuadro embalado y con mayor capacidad para concretar las oportunidades que se presenten a la hora de la verdad.

Carlos González Balbuena, director técnico de los Arroceros del Cuautla, sobre el juego que se empató con los Coyotes de Tlaxcala, comentó que “el conjunto se desesperó, lo intentó, pero faltó estar fino en el último instante para encontrarse con el gol, lo que se tiene que corregir en lso encuentros restantes, para que se enfile directamente hacia la calificación a las finales del certamen oficial, lo que no será sencillo, dado que el evento se advierte parejo y será sumamente peleado, pero nosotros vamos por el boleto y lo lograremos”, cerró el entrevistado, quien mostró un gran sentido de autocrítica sobre lo que le falta al conjunto para llegar a las finales, lo que se toma como altamente positivo, porque ni quiere engañar ni engañarse a sí mismo.

Por Ignacio Cortés Morales