PUENTE DE IXTLA, MOR.- Debido que la cancha del estadio Lino Espín Aburto de esta localidad se encontraba en malas condiciones por las intensas lluvias que se dejaron sentir la noche del sábado, el juego dominical entre los Alacranes del Puente de Ixtla y el conjunto de las fuerzas básicas de los Arroceros del Cuautla no se llevó a cabo, por lo que los arácnidos se salvaron de perder por la vía del defaul, dado que es la hora en la que no se han liquidado los dineros para que sean liberadas las credenciales que se requieren para que el silbante dé por buena la participación, por lo que se tiene unos días más para que se cumpla con el trámite, unos 50 mil pesos que ya debió entregar el diputado, Julio Espín Navarrete, a centésimas de los dos segundos menos del crono con el que se comprometió antes del inicio del evento, pero ahora se ha hecho el que no sabe

De acuerdo a la fuente, los registros debieron pagarse desde un principio, pero se dio la prórroga por unos días, y ya ante el Báxter debieron presentarse los registros, no se hizo y el juego se perdió por la vía del defaul, aunque se jugó, para evitar que los Alacranes se hicieran acreedores a una sanción, además de pagar el arbitraje y los gastos que se hubieran generado por el cotejo, lo que obligó a presentarse, por el bien del espectáculo pero el duelo estaba ya perdido, y el cotejo de este domingo, ante las fuerzas básicas del Cuautla, iba por el mismo sendero, pero el estado de la cancha era deplorable y el cotejo se reprogramará, por lo que los locales se salvaron de perder por ahora, pero si no se paga, éste y todos los demás compromisos se van a perder y sin tener que disputarlos.

Lo peor es que, si se sigue con el incumplimiento, en caso de que después alguien de Puente de Ixtla quisiera entrarle al juego, se corre el riesgo de que ya no lo tomen en serio, y todo porque Julio Espín no ha dado el dinero que le corresponde u a lo que, en su momento, se comprometió a saldar, y se tiene confianza en que sabrá responder en la semana y todo quedará como un final de cuento, todos contentos y serán felices para toda la vida, quedando bien con sus paisanos que está al borde de un ataque de nervios si las cosas no se saldan conforme a lo que se tenía en el programa, hace más de un mes.

Por Ignacio Cortés Morales