CUAUTLA. Todo está consumado, el equipo de los Arroceros del Cuautla deja de estar bajo la dirección técnica Héctor Vidal Estrada, para encontrarse con nuevos entrenadores y posiblemente nuevos jugadores, sin embargo, de acuerdo al reglamento, sólo se pueden dar de baja y de alta cinco elementos de corte profesional, de tal suerte que si quieren plantel nuevo, deberá ser de futbolistas aficionados, además de que se debe liquidar a todos los que conforman la plantilla, dado que tienen contrato por el certamen de clausura.

El conjunto morelense está ya en el trabajo, pero no se sabe nada de los jugadores que recién llevaron al conjunto a las semifinales, las cuales perdieron frente al Real Zamora, que tenía mejor diferencia en la tabla, porque en el marcador acumulado se presentó la igualada a dos, puesto que cada uno de los escuadrones se llevó el triunfo al son de 2-0, en su terruño, al calor de su público y el conocimiento de la casa, pero se empieza a decir que antes de que se fueran los jóvenes al partido de vuelta de esta ronda, a Michoacán, ya se sabía que apenas terminara el evento, sin importar el resultado, serían dados de baja jugadores y cuerpo técnico, aunque no se tiene en cuenta su liquidación.

Los Arroceros del Cuautla, con Héctor Vidal Estrada y Rodolfo Mejía Villanueva, se alcanzaron cuatro liguillas y en dos de ellas se calificó a las semifinales, lo que habla de un gran trabajo que se venía desarrollando, pero las cosas cambian al cambiar el régimen, y así se da en esta oportunidad, sale Jesús González Otero, y ahora se contará con nueva administración a cargo de Tadeo Nava, y aunque ambos son del mismo Partido de la Revolución Democrática, cada quien tiene sus compromisos, y en el caso de Tadeo, ya está planchado el asunto, incluso se habla de que desde la campaña por lo que ha llegado la hora de pagar, por un lado, y de cobrar, por el otro, y en medio, se tiene a los Arroceros del Cuautla, y jugadores y cuerpo técnico se van a la calle al llegar el nuevo patrón, con sus ideas y con su personal, sin conocer los antecedentes que pudieran existir en el medio. Se habla de que al frente se tiene a Luis Enrique Rodríguez, y que algunos de los que están de regreso, cuando entregaron la administración a González Otero, se le presentó un adeudo de un millón de pesos, aproximadamente, y tenía que cubrirse, de lo contrario, no se podría participar en el certamen oficial, por lo que se procedió a liquidar el adeudo sostenido.

Ahora que se está ante una nueva administración, no se sabe si el alcalde electo de Cuautla, está enterado sobre el particular, si ya el actual presidente municipal se lo hizo ver, como que el que toma las decisiones es el que llega, pero el que se va puede hacer adelantos y con ello ahorrarle el camino; lo que pareciera extraño es que Tadeo no sepa esta posibilidad, y si, al final de su administración hay dificultades, es un hecho que el responsable será él, porque se le ha advertido en distintos medios, y ya debió tomar sus precauciones para que no deje al conjunto morelense a un paso de ser desafiliado del fútbol profesional, en el circuito de la segunda división nacional de la categoría de los nuevos talentos, que es en el que se encuentra, y se espera que al final del trabajo de Nava no se dé la sorpresa de que el conjunto cayó a la tercera división, que pensar en el ascenso es un sueño más que imposible Los nuevos directivos están siendo presentados en sociedad, aunque ya a la mayoría se les conoce, mientras que los anteriores entrenadores y jugadores están fuera, en lugar de buscar aprovechar las experiencias, pero parece que es un mal constante, los que llegan lo hacen creyendo que todo lo saben y que nadie les puede enseñar nada, que todo lo que se dio en el pasado fue negativo, pero lo real es que, al terminar los actuales su administración, lo mismo se va a decir de ellos, porque es una rueda de la fortuna, además, no saben si a mitad de la administración se tendrá que buscar a los que se fueron porque los que llegaron son terribles, inexpertos, incapaces, llenos de vicios y carentes hasta de lo mínimo de talento.

Por Ignacio Cortés Morales